Hoy nos ponemos serios: Sorry we missed you
No, no es un artículo en inglés!
Siempre hablamos de compromiso ecológico, y como sabéis, apostamos por la economía circular. Los consumidores, acostumbrados a ciertas prácticas llevadas a cabo por gigantes de la distribución, cada vez nos volvemos más exigentes con los plazos de entrega. Pero, ¿cuál es el coste, no solamente en términos de emisión de CO2, sino también el coste humano de recortar el plazo de entrega de un producto?
El director de cine británico Ken Loach, en su película “Sorry we missed you” nos ayuda a reflexionar sobre este tema.
[Ojo, spoiler a partir de aquí!]
El protagonista de la cinta, Ricky es un desempleado que ha estado luchando desde 2008 para salir de la crisis. Un día se presenta una oportunidad gracias a una furgoneta antigua con la que podrá crear su propio negocio. Pero no es oro todo lo que reluce. La oportunidad se convierte en una prisión para Ricky y su familia, que amenaza con destruir su vida familiar, y le condena a la esclavitud de un trabajo mal remunerado, de 14 horas diarias, que penaliza los retrasos y los errores, y no deja espacio para la conciliación familiar.
Si Ricky se retrasa en la entrega de un paquete, le penalizan. Si se pone enfermo, debe buscar un sustituto, o le penalizan. Si un cliente se queja, le penalizan. Si no entrega un paquete, no le pagan. Además, tiene que correr con los gastos de la furgoneta, el seguro, las multas, etc.
¿Qué pasa cuando las cosas no empiezan a ir bien en casa? Ricky y su mujer llegan tarde a casa cada día, y los hijos de la pareja pasan muchas horas solos. Bien, las cosas se complican, y el gigante no escucha. Solamente le importan las entregas, la facturación, los beneficios.
Nuestra reflexión es la siguiente: ¿esta es la sociedad que queremos?, ¿Una sociedad donde no hay lugar para las personas? Hagámonos conscientes de lo que existe detrás de los gigantes del transporte, y de lo que significa tener un producto en casa en tan solo unas horas. Puede ser muy cómodo para nosotros, pero, ¿cuál es el coste social de nuestras acciones?
La reflexión sobre los costes humanos que nos ofrece la galardonada cinta de Ken Loach “Sorry we missed you” no tiene desperdicio. El compromiso ecológico va de la mano del compromiso social.
Apostemos por procesos holísticos en pro del planeta y las personas. Acelerar los tempos es deshumanizar.